Administración de un sistema operativo para red o compartir archivos
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Configuración de red
La comunicación se realiza mediante un número (similar al número de teléfono) asignado a cada máquina que se denomina IP. Sin embargo, para facilitar la labor al usuario, para acceder a una máquina se accede mediante un nombre que es transformado en su dirección IP mediante un servidor DNS (similar a la guía telefónica).
Para realizar la configuración es necesario proporcionar:
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IP: Se trata de la identificación del ordenador en internet.
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Máscara: La máscara de red completa la dirección IP. Usada de forma conjunta con la dirección IP permite identificar la red a la que pertenece la máquina.
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Gateway: Se trata de la dirección IP a la que se enviarán los datos. Esta máquina se encargará de transmitir la información al destino que se solicite.
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Servidores DNS: Se trata de las direcciones IP de las máquinas que resolverán los nombres simbólicos que usa el usuario.
Todos estos datos los proporciona el ISP o se obtienen de forma automática mediante DHCP3).
Para verificar la correcta configuración se pueden utilizar dos sencillas herramientas:
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nslookup: permite resolver una dirección a su correspondiente IP.
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ping: envía un mensaje a una máquina la cual responderá con el mismo mensaje.
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Cuando tenemos que pasar archivos de un ordenador a otro siempre solemos recurrir a las memorias USB ya que, por lo general, son más rápidas y, simplemente, funcionan, evitándonos tener que realizar configuraciones extras para establecer otro tipo de conexiones, por ejemplo, a través de FTP. Sin embargo, si los ordenadores están en la misma red local, es posible aprovechar el protocolo SAMBA, de Microsoft, para compartir directamente archivos entre dos o más ordenadores y no tener que depender así de una memoria USB para dicha tarea.
La conectividad entre equipos ha mejorado y se ha simplificado mucho en los últimos años. Si tenemos dos o más ordenadores con Windows, es muy sencillo compartir una carpeta a través de la red local para que otras personas, previa autenticación, puedan acceder a todos sus contenidos. Además, gracias al “nombre de equipo“, es posible incluso no depender de una dirección IP que, si usamos un DHCP automático, puede cambiar.
A continuación, os vamos a enseñar cómo podemos compartir fácilmente archivos, carpetas y todo tipo de recursos con el resto de ordenadores y dispositivos de nuestra red local.
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Cómo compartir archivos y carpetas en una red local con Windows
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Cuando tenemos que pasar archivos de un ordenador a otro siempre solemos recurrir a las memorias USB ya que, por lo general, son más rápidas y, simplemente, funcionan, evitándonos tener que realizar configuraciones extras para establecer otro tipo de conexiones, por ejemplo, a través de FTP. Sin embargo, si los ordenadores están en la misma red local, es posible aprovechar el protocolo SAMBA, de Microsoft, para compartir directamente archivos entre dos o más ordenadores y no tener que depender así de una memoria USB para dicha tarea.
La conectividad entre equipos ha mejorado y se ha simplificado mucho en los últimos años. Si tenemos dos o más ordenadores con Windows, es muy sencillo compartir una carpeta a través de la red local para que otras personas, previa autenticación, puedan acceder a todos sus contenidos. Además, gracias al “nombre de equipo“, es posible incluso no depender de una dirección IP que, si usamos un DHCP automático, puede cambiar.
A continuación, os vamos a enseñar cómo podemos compartir fácilmente archivos, carpetas y todo tipo de recursos con el resto de ordenadores y dispositivos de nuestra red local.
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Cómo compartir una carpeta en nuestra red local para que otros puedan acceder a sus recursos
Dentro de las propiedades de cualquier archivo o carpeta podemos encontrar un apartado dedicado a las opciones para compartir archivos y carpetas en nuestra red local. Para acceder a este menú y poder compartir una carpeta cualquiera, lo único que tenemos que hacer es pulsar con el botón derecho sobre la carpeta que queremos compartir en nuestra red local y abrir el menú de “Propiedades”.
Dentro de esta nueva ventana, elegiremos la pestaña “Compartir” y veremos una ventana similar a la siguiente.
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En el primer apartado de esta ventana veremos un botón llamado “Compartir”. Lo pulsamos y nos aparecerá un sencillo asistente donde configuraremos las opciones básicas de permisos para compartir el archivo o la carpeta en nuestra red local.
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Este asistente es muy sencillo. En la primera ventana que nos aparece, lo único que debemos elegir es con quién queremos compartir el archivo. De esta manera, podemos permitir que un solo usuario pueda acceder a la carpeta (por ejemplo, si es privada), que cualquier usuario del grupo de trabajo pueda entrar o que cualquier usuario pueda sin restricciones.
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En la segunda ventana del asistente podremos ver nuestra dirección de red para la nueva carpeta compartida. La apuntamos y listo, ya hemos compartido una carpeta con el resto de usuarios de nuestra red local.
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Ahora, desde otro ordenador, lo único que debemos hacer es explorar las unidades de red o, en el explorador de archivos de Windows, introducir la dirección de red que hemos apuntado antes para poder acceder sin problemas a dicho directorio compartido.
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VÍDEO EXPLICADO DETALLADAMENTE
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